El aspecto austero de la ermita de San Antonio de la Florida sorprende con el imponente conjunto pictórico que Goya pintó a finales del siglo XVIII. En esta obra maestra del arte español, el artista aragonés siempre ha tenido en mente que estaba decorando uno de los templos más populares de Madrid, famoso por su peregrinaje anual del 13 de junio.
❌ Ermita de San Antonio de la Florida
La ermita original fue construida frente a la fuente del Abanico por orden de Carlos IV. a obra de Francisco de Fontana (1792 – 1798), tiene forma de cruz griega con brazos muy cortos y un ábside semicircular a la cabecera de la cama, lo que da un espacio central sobrepuesto a una gran cúpula iluminada por una linterna. La ermita está cerrada por salas situadas frente al exterior de la ermita, formando un rectángulo. Destacan los pilares que delimitan la fachada, construidos según los cañones barrocos.
Debido a la preocupación constante por su conservación, fue clasificado como Monumento Nacional en 1905 y en 1928 se construyó un templo idéntico junto a él para albergar el culto y conservar la ermita original como museo de Goya. Aunque es uno de los mejores ejemplos del neoclásico madrileño, los frescos de Goya explican por qué la ermita de San Antonio es un lugar para visitar sin falta en Madrid. Goya decoró la cúpula con frescos que representaban la muerte del santo bajo los ojos de los Lisboetes.