El 9 de febrero de 1851, se inauguró la segunda línea ferroviaria en España para conectar Madrid con Aranjuez. Atocha, que fue la primera estación de tren de nuestra ciudad, no era más que un simple andén de madera.
❌ El Tren de la Fresa
La estación se amplió dos veces más: en 1865 y de nuevo en 1892. Al final de este período, se introdujo un elemento muy emblemático: el tejado de la nave principal, diseñado por el ingeniero Saint-James, que se extiende a lo largo de 152 metros de longitud, 48 metros de alcance y 27 metros de altura; es una de las imágenes más características de la ciudad.
Tras la renovación llevada a cabo por Rafael Moneo entre 1984 y 1992, la estación de Atocha se convirtió en un complejo formado por dos estaciones: la antigua y la nueva. La nueva es para el tráfico ferroviario -la terminal del AVE, los trenes de largo recorrido y una red de trenes de cercanías-, mientras que la antigua está dedicada a las oficinas de RENFE y a un complejo comercial y de ocio que alberga un jardín tropical con más de 7.000 plantas de 400 especies.
En Atocha parten dos trenes de notable interés turístico: el Tren de la Fresa que va a Aranjuez y sigue la ruta del primer tren que partió de Atocha -formado por una locomotora a vapor de mediados del siglo XX, dos furgonetas de los años sesenta y cuatro coches construidos entre 1914 y 1930- y el Tren Cervantes que permite descubrir Alcalá de Hen.